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Mente & Lenguaje Digital | #digitalmente 03

Existen creencias y opiniones forzadas que nos vienen a la cabeza cuando hablamos sobre la tecnología y lo digital. Alguien más las eligió, sin consultarte. Conocer cuánto de la transformación digital puede beneficiarnos es el inicio en un camino para reducir eso que nos está perjudicando.

Conducta de Sapiens Digital

Cómo nos comportamos -y quienes somos- del lado digital no tiene una forma rígida, es un movimiento constante, un proceso donde intervienen nuestras propias ideas y experiencias previas, nuestra memoria. El lenguaje que usamos para construir esa memoria nos marca: somos lo que decimos que pensamos.
Pensamos con el lenguaje que usamos, y si existe otra cosa lo desconocemos porque nos faltan los nombres o terminología. Cómo pensamos está conectado a lo qué escuchamos y también a lo que repetimos, así sea livianamente.
Bien lo estudian y conocen:

  1. Publicistas
  2. Diseñadores
  3. Desarrolladores
  4. Vendedores, Contadores y Economistas
  5. Ingenieros
  6. Creativos y Comunicadores
  7. Administrativos
  8. Abogados
  9. Inversores de riesgo
  10. Divulgadores
  11. Lobistas
  12. Empleados y Freelancers

Existe una industria que proyecta éxito e impone un repertorio de palabras que usamos para comunicarnos y pensar lo digital.

Se diseña el concepto, se imprime en titulares y pantallas, su uso se amplifica con futuros lanzamientos, controversias y predicciones de ciencia ficción. Se hacen comparaciones y se nos ofrece una posición tendenciosa, poco precisa, donde cuesta mucho distinguir opciones. En el uso cotidiano nos aparecen formularios de letras pequeñas con muchos casilleros en un entorno ya sobrecargado de micro-decisiones. En medio del fastidio nos ubican una barra en el extremo de la pantalla que nos tienta con apurarnos, nos tienta con decir que si, si a todo. Las cookies, el contrato, el término y la condición. Dame el servicio, anotame la suscripción, estoy de acuerdo, I agree.

75 años de transformación digital nos brindan hoy una oportunidad para reiniciar nuestras interpretaciones, buscando poder distinguir con el mayor detalle posible las nociones básicas y neutrales que describen a la tecnología digital. Es decir, el lenguaje que venimos empleando para pensar sobre lo digital está contaminado por intervenciones de técnicos en comunicación y mercado. Desde allí surgen las coberturas de lanzamientos, predicciones apocalípticas y un discurso tan impreciso como contradictorio que como usuarios nos vuelve incapaces de defender nuestra propia posición y distinguir qué nos conviene.

Frases y fact-chequeos

  1. «Hay que modernizarse»
  2. «El sistema está caído»
  3. «Sirve, pero hay que cambiarlo»
  4. «Es de otra generación»
  5. «Nativos digitales»

Evaluando

  1. Modernizarse es un verbo vacío y pretencioso. El «hay que» delata urgencia.
  2. Cuando un circuito falla se pueden contemplar circuitos alternativos, planes de emergencia, simulacros, respaldos, personal regular de mantenimiento, programas educativos para personal y usuarios. Cuando se naturaliza un mal desempeño, los accidentes son una garantía que se terminando usando como excusas. El objetivo de la rentabilidad sigue intacto.
  3. Cambiar algo que funcione implica riesgos innecesarios, es antiproductivo y representa una contradicción propia de la ausencia de planificación.
  4. Las transformaciones y el desconocimiento causan rechazo a cada generación por igual, porque ningún rasgo generacional permite separar con tanta claridad a personas diferentes.
  5. El 3 de diciembre de 2007 se celebró una reunión científica titulada «50 años de Inteligencia Artificial». Nativos somos la mayoría; extranjeros digitales son excepciones.

Son serios los problemas que surgen a raíz de las interpretaciones forzadas, propias de perspectivas de supuesto «aceleracionismo» que subraya que «si algo se tiene que romper que se rompa» y que «las personas afectadas no importan, porque siempre habrá personas afectadas» y solo queda «ir a fondo» y «arrancar de 0».

Tras al menos 75 años de transformación digital está bueno mirarse en este espejo preguntándose:

  1. «¿Qué entiendo yo por lo digital?»
  2. «¿Tengo seguridad sobre el lenguaje que uso para describirlo?»
  3. «¿De dónde proviene cada palabra que termino usando?
  4. «¿Pueden estar metiéndome el perro virtual?»

3 Palabras tecnológicas de la A la Z

1/3 virtualidad

Twitter, por ejemplo, dicen que no es de verdad. Dicen que lo que pasa online no pasa en la calle. El concepto se reafirma durante la pandemia, especialmente en educación: la virtualidad. Otro contenedor vacío que usamos y volvemos tendencia, o viceversa; pero a la luz de los hechos en 2024, se contradice con la realidad híbrida donde lo digital afecta e importa mucho.

¿Fue la virtualidad una forma de manifestar que nadie tenía mucha idea de que era lo que estaba pasando? ¿Le decíamos virtual porque lo que queríamos describir era un encuentro sin el cara a cara? La imposibilidad de lo presencial nos hacía sentir disconformes con la alternativa?

Lo digital existe, le pese a quien le pese, aunque no podamos articular cómo. Definir por oposición es un error recurrente que las últimas noticias nos recuerdan tan duramente: la oposición a algo no implica necesariamente algo superador. La virtualidad ha muerto, viva la realidad.

2/3. Layoff

En nuestro lenguaje hay una palabra que no conocemos mucho, pero que está afectando a mucha gente en el corazón de transformación tecnológica: la palabra es layoff. En California surgen muchos de los lanzamientos de software y hardware, y el epicentro estadounidense de la industria digital reside en en Silicon Valley. Allí, desde hace dos años la palabra «layoff» acecha entre escritorios y pasillos. Porque después de un breve pico de contrataciones en la pandemia, se arrancó a despedir gente al rolete. Hablamos de mucho más de 100 mil empleos técnicos. Entre las empresas encontramos a pequeñas startups desconocidas; a firmas destacadas como gopro, loop, sonos, y eventbrite; y a gigantes como twitter, cisco, gm, meta, amazon, alphabet (google), apple y microsoft. Más allá del número, hablamos de porcentajes como 10%, 25% y hasta 100% de la cantidad de personas empleadas; y también de rondas de despidos, donde la base de empleo por empresa se va reduciendo con el tiempo en una tendencia que lleva más de dos años.

3/3 GPU

CPU, Central Processing Unit, es lo que le decimos a los semiconductores principales en las computadoras. Intel -y luego AMD- fueron por mucho tiempo las únicas fabricantes de este tipo tan avanzado de semicondutor o chip empleado para computación general. Pero mientras los CPU sirven para todo, los GPU sirven para actividades específicas, como aceleración gráfica de la que se usa en videojuegos, en edición de video, en animación 2d y 3d, en crypto y criptomonedas y si, en la así llamada NAI, o inteligencia artificial angosta… ¿iaa? Nvidia es la estrella en este segmento, y su nivel de rentabilidad en 2024 así lo demuestra, fruto de una demanda incesante de gpus. Una gpu nvidia de estas características (H100) tiene un costo inicial de $400.000 dólares la unidad. Musk, por ejemplo, también está desarrollando su propio motor de Inteligencia artificial (GROK) disponible con poca moderación para los usuarios premium de la red x o Twitter. Esto significa que para la extwitter se pidieron alrededor de 100,000 GPUs para grok 1, con adicionales para sus respectivas actualizaciones. Centenas de miles de GPUs para Elon, para Alphabet/Google, apple, OpenAI y Microsoft, meta/instagram/facebook/whatsapp, Amazon, el gobierno chino y las empresas radicadas en China como bytedance/tiktok o alibaba/aliexpress; Cisco y oracle… la lista sigue.

3 Limitaciones según Mark Cuban

Cuban es un inversor destacado del sector con décadas de protagonismo, y en una entrevista con Jon Stewart señala tres limitaciones que el campo de la inteligencia artificial tiene actualmente:

  1. lo computacional entendido como la disponibilidad y rendimiento de cada GPU
  2. lo energético entendido como el combustible necesario para producir la electricidad que el gpu insumo, donde una instalación decente tiene un consumo similar al de una provincia argentina mediana.
  3. la «ingenuidad» resumida en la frase «si no lo hacemos nosotros, lo va a hacer otro» es decir, una supuesta inevitabilidad donde sí o sí tenemos que hacerlo. Hacerlo más, siempre más, para no quedar detrás.

El resultado de este fenómeno alcanza nuestra realidad también, porque estamos tan lejos de California, del 90210 y sus cifras mega cifras económicas; y sin embargo estamos cerca porque nos escanean el ojo, nos suben la tarifa y nos gobiernan remotamente a través de los intereses de la deuda que hay que seguir pagando y el impacto ambiental desmesurado que toda esta aceleración genera. En algún punto es la misma economía de un mismo planeta, y entonces lo que parece abundar como recurso en este desenfreno por «invertir» se tiene que financiar con el algo de algún otro lado.

Del otro lado del circuito

Del lado opuesto de la pantalla, los usuarios y usuarias, ¿estamos a gusto con esta relación? Porque en su momento se anunció que las redes sociales iban a unificar a los pueblos, iban a permitir una comunicación horizontal y universal y muchas otras bondades. También su anunció que las criptomonedas, a diferencia de las monedas Fiat, nos iban a conceder independencia de los gobiernos y bienestar. En 2023 meta anunció el metaverso donde nos íbamos a podemos conectar genuinamente y entonces ahora con la Inteligencia artificial angosta, la iaa: ¿Hay que que prohibir el celular?

La opción que nos resta es darnos cuenta de que estamos subidos y subidas a una transformación que comenzó hace mucho tiempo, pero que en ningún momento nos pidió permiso. En ningún momento se nos señaló que estos que si la prioridad de la corporación iba a ser comprar un montón de componentes electrónicos entonces se iba a tener que despedir un montón de gente. No se nos habló de cómo se iba a «compensar» cada inversión.

Si tuvimos nuestro primer equipo celular a los 15 años o menos, y cada nueva generación tiene acceso a equipos cada vez más avanzados a cada vez más temprana edad, ¿podemos responder positivamente que tenemos mayor seguridad y mejor rendimiento en lo digital? Es nuestro nivel de conocimiento/desconocimiento radicalmente diferente del que teníamos cuando en la pubertad? ¿Es útil el aporte de una tecnología si cambia todo el tiempo?

Cuando un plomero tiene que hacer una instalación de agua ¿le sirven las herramientas que compró hace 10 años? La respuesta es sí, porque diseñar, fabricar y adquirir una herramienta es costoso, pero decidimos hacerlo para ahorrar tiempo a largo plazo. Esto significa que si la tecnología que usamos hoy no nos rinde entonces tal vez se deba a un problema de diseño, y tal vez la herramienta que estamos usando no sea genuinamente una herramienta.

No le digas herramienta

Instagram, por ejemplo, es más bien una agencia de publicidad, parte de una corporación que no participó en el desarrollo del concepto inicial. Es decir, la versión actual siquiera responde a la definición que nos llevó a usarla inicialmente, porque Mark Zuckerberg (CEO de Facebook) tenía mucha ambición por hacerse de ese mercado y adquirió el emprendimiento / start up para configurar un monopolio en torno a facebook, instagram y whatsapp; que pretendió seguir expandiendo con la adquisición de Oculus en el metaverso. Instagram pasó así de ser era una aplicación de fotos cuadradas a las historias y filtros copiados de snapchat, al instagram/whatsapp comercial de 2019 hasta alcanzar la transformación instagram tiktok de los reels como lo conocemos hoy.

Cambiar de rol #digitalmente

Qué conocimientos podemos aprender para que lo que se actualice no sea la aplicación, ni plataforma ni el dispositivo, sino mi propia mentalidad y conducta digital. Cómo puedo actualizar mis propios saberes y habilidades, profundizar y perfeccionar mi criterio para poder recuperar mi seguridad en mis capacidades y en el mundo alrededor mío. Seguridad que no poseemos, incluso tras décadas de uso, porque algo nos inquieta y no podemos explicar qué: ese ancani vali que nos da el silicon vali, eso no lo elegimos. Este rol fue determinado por alguien más, externo, en otro idioma. Un rol pasivo de consumo donde semos meros clientes en una transacción financiera. No tiene que ver con el aprendizaje, y no tiene que ver con lo que me conviene a mí, sino con la forma más rápida y más sencilla de extraerme valor y reportarle dinero a los accionistas de las corporaciones.

Construir estos saberes, modificar nuestra conducta y así independizarnos usando el lado digital de nuestra mente y la conciencia, humana siempre.a edición hablamos de la realidad de la escuela primaria y lo digital.

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